Del Instagram y otros demonios

Quizás esta portada sea un poco exagerada. O quizá no.

La intro

Hace poquito escribí un artículo sobre mi retorno como escribidor y hoy quiero hablar de mi retorno a la pantalla chica, es decir al smartphone, más precisamente al Instagram 📸.

De un tiempo a esta parte, hubo una fecha en la que dejé esa fuente de dopamina instantánea; y, curiosamente, ese tiempo coincide con la fecha en la que dejé de escribir contenido para este blog (como ya les he contado en el artículo anterior). Entonces, puedo deducir también que, en ese entonces, prioricé cualquier otra cosa antes que el uso de Instagram.

Algo me olía a chamusquina

Pese a lo comentado anteriormente, el Instagram, en su momento, representó para mi algo relevante porque me permitía mostrar mi lado creativo en fotografía conmigo de modelo. Pero pronto me di cuenta que algo andaba mal.

Para quienes han utilizado alguna cámara DSLR (que es el tipo de cámara que humildemente yo utilizo) entenderán que no basta con “aplastar” un botón y capturar el momento perfecto. Con estas cámaras hay que procesar digitalmente cada foto en un proceso que se llama “revelado”. Este proceso se asemeja a cuando las fotografías venían en rollos y también había que “revelar” (darle luz y color a las fotografía) con productos químicos. Solo que ahora esto es un proceso digital.

Además, admito que, en algunas ocasiones, lograr “la foto perfecta” me llevaba más tiempo de lo que podía permitirme y, honestamente, no podía darme el lujo de dedicar tanto tiempo a algo tan banal. Piénsenlo, nada más bizarro y narcisista que pedirle a alguien que busque “mi mejor ángulo” para una determinada foto.

El primer detonante

Debo confesar además que no soy el primero ni el último que ha percibido el mismo o cualquier otro efecto (o desperfecto) del Instagram. Y quizá la primera razón detonante que me animó a escribir este artículo sobre lo que pienso del Instagram fue una publicación que encontré en X de una tal Daniela, sobre lo que piensa del Instagram:

En aras de la exposición

Con todo esto, soy consciente de que el uso de este aplicativo puede verse como un entorno de postureo innecesario y sin sentido. Sin embargo, en aras del marketing (y las ventas 💸), y viendo más allá de lo evidente, soy más consciente aún de que uno necesita una ventana de oportunidad y exposición con el mundo para ser capaces de comunicar sus ideas y experiencias sin temores ni sumisiones.

Con todo ello, estoy convencido que debo retomar ese escenario y, espero, esta vez sea sin interrupciones y, por supuesto, sin perder de vista el verdadero objetivo del uso de este aplicativo, que también se puede explicar con esta publicación que encontré en Threads y que fue un segundo detonante para animarme a escribir este artículo:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Cart
  • No products in the cart.