Una apreciación inesperada de una lectura inesperada en un momento inesperado
En esta entrada quiero comentar mi apreciación (no es un resumen) sobre un libro que siempre quise leer, pero que por alguna razón no lo había hecho sino hasta hace poco.
El dichoso libro:
Como soy un fanático (es el único término que encontré) del emprendimiento, no podía faltar este pedazo de libro del genial Richard Branson dentro de mi ‘repertorio de lecturas’. Un reconocido multimillonario que emprendió negocios en diferentes sectores: Aviación, industria discográfica, telecomunicaciones, viajes espaciales y hasta preservativos. Entendía que había mucho que aprender, pues en sus buenos tiempos bien pudo tener el mismo poder mediático del que hoy goza el gran Elon Musk.
¿Qué rayos es "El Estilo Virgin"?
Como no quiero que esta sea una entrada para leer una media hora, me centraré en aquello que puedo rescatar, en aquello que he aprendido y aquello que me ha ‘marcado’ a nivel personal.
En este libro, Richard Branson nos cuenta la forma en la que él y los trabajadores de sus empresas han conseguido liderar (o por lo menos estar entre lo grandes) en los mercados en los que han incursionado.
La fórmula para conseguirlo está basada en cuatro pilares fundamentales:
Escuchar, aprender, reír y Liderar (¡no en vano estas cuatro palabras aparecen en la portada!)
Interrumpo la lectura aquí para indicar que estos cuatro pilares también podemos complementarlos con estos otros rasgos característicos del emprendimiento.
Vamos a ello:
1. Escuchar
Según Branson esta debería ser una característica fundamental. Escuchar es clave para conocer de primera mano la apreciación no solo de las personas que acompañan tu aventura empresarial sino también es útil para conocer de primera mano aquello que reclaman los usuarios de tus productos o servicios.
Y aunque es una sugerencia ya bastante trillada, también es cierto que es muy subestimada. Lo cierto es que en una conversación o discusión, por lo general, tendemos a intentar dominar el momento haciendo uso de nuestro “gran talento” para el parloteo, creyendo erróneamente que esto nos generará la imagen de líderes. Todo lo contrario.
Lo que realmente refuerza el liderazgo es el talento para saber escuchar con atención, tanto a sus socios, a sus empleados y, sobre todo, sus clientes.
2. Aprender
Este aspecto está muy relacionado al anterior, puesto que SIEMPRE es posible aprender ‘de todo’ y, sobre todo, SIEMPRE es posible aprender de todos. Es sabido también que alcanzar cierto aprendizaje o experiencia puede requerir, en muchos casos, de la atención auditiva.
Por otro lado, una estrategia que puede dar mejores frutos al adquirir nuevos conocimientos es el ‘aprender a aprender’ (para lo cual te recomiendo este artículo del BID), con lo cual pude comprender que 1) el conocimiento “ocupa lugar” y para no dejar escapar los conocimientos adquiridos y el surgimiento de nuestras ideas es importante adoptar el hábito de tomar notas y documentar las experiencias (como es mi caso con este blog por ejemplo ) para reforzar el aprendizaje y para no olvidarnos de lo aprendido o dejar pasar las ideas (que podrían ser geniales) porque, recuérdalo siempre: ¡La mente es frágil!
Y punto número: 2) en realidad, el conocimiento es efímero (en realidad esto lo supe desde hace mucho, pero recientemente he podido interiorizarlo). Lo que significa que aprender algo hoy, podría ser obsoleto mañana, por lo que la mejor opción para salvaguardar el conocimiento es nunca dejar de aprender y para ello una buena práctica es ¡tomar notas!
3. Reír
Algo que salta a la luz al inicio del libro es la siguiente frase: ‘Si algo no te divierte… ¡No lo hagas!‘ Algo que los trabajadores de las compañías Virgin saben muy bien, pues el buen ánimo siempre será motivo para un buen desempeño.
Pero esto va más allá del buen ánimo. Se trata de disfrutar con lo que se hace y mantener el buen sentido del humor en lo que uno realiza. Se trata también de saber divertirse en grande de forma genuina, no solo en el trabajo, no solo con los compañeros, sino también (incluso) con los clientes. Y además se trata también de celebrar las victorias (grandes y chicas).
Esto último es algo que me agrada bastante. Me gusta la diversión, pero como recompensa. Esto significa que me agrada ser parte de todo tipo de celebraciones (excepto mis propios cumpleaños) siempre que sean fruto de un esfuerzo previo y que, en lo posible, aporte valor a todos.
Y para asegurarme de que esto último se cumpla y asegurar también las mejores celebraciones (al menos para mi) es importante involucrarme en la organización de los mismos. Aunque admito que no siempre sucede de ese modo, la idea es tratar de influir en la organización de los eventos a los que me invitan para asegurarme de que se trate de una celebración como recompensa (de cualquier tipo) en lugar del mero hecho de participar de una celebración por ‘diversión’.
4. Liderar
Probablemente te habrás preguntado (o al menos sentiste algo de curiosidad) por qué le puse ese título a esta entrada. Pues bien, ‘¡A la m… hagámoslo!’ ha sido el mantra de liderazgo de Branson en sus inicios para embarcarse en algún proyecto, pero siempre y cuando dicho proyecto le “estimulara las glándulas del emprendimiento y la innovación“. Este mantra consiste nada más y nada menos en evitar la planificación excesiva en la toma de decisiones y lanzarse al ataque y corregir los inconvenientes durante la marcha. Y es que, a decir verdad, ¡demasiado análisis causa parálisis!
Para ello, es importante que el liderazgo surja desde el corazón del emprendedor para fomentar la inspiración en sus colaboradores y aliados. Porque, admitámoslo, no hay nada más inspirador que un liderazgo inspirador. Sea que uno lidere o sea liderado, es vital despertar la inspiración en el equipo y, para que ello surja de manera de espontánea, es indispensable que el líder sea el primero en poner las manos al fuego y dar la cara en todo momento desde el inicio de ataque. En palabras de Branson: ‘Es necesario mover el c… para lograr liderar e inspirar‘. Es decir: ¡Tomar acción!
Leí este libro mientras pasaba por un momento un poco complicado recurándome del bendito Covid, pero como siempre recuerdo y digo: ‘Al mal tiempo, buena cara‘. Porque gracias a ese momento pude terminar (al fin) con zambullirme en este libro. Por ello, creo que en esta ocasión quedaría mejor realizar un pequeño cambio a la frase anterior: ‘Al mal tiempo, un buen libro‘.
Finalmente, te animo a darle una revisión a este libro, que cuenta muchas experiencias y anécdotas interesantes y curiosas a la vez, como es el caso de cómo Branson y su equipo se hicieron con publicidad gratuita de grandes medios el día en que decidieron utilizar un tanque de guerra para derribar a Coca-Cola con su emprendimiento (hoy extinto) de Virgin Cola. ¡Anecdótico!
Si ya lo has revisado, por favor, deja tu apreciación en los comentarios.